lunes, 9 de mayo de 2011

La consigna es simple: “¿Qué debería hacer una empresa para retener un talento…?”

LIC. ANDRES BATTIG

Miraba, sin observar, el monitor. Y golpeteaba el escritorio con los dedos de la mano derecha. Y fruncía las cejas. Y elevaba lentamente la mirada. Y me lo preguntaba de nuevo, en voz bien bajita: “¿Qué debería hacer una empresa para retener un talento…?”.
Sí, la consigna es simple, pero los abordajes son múltiples. Más aun si se trata de escribir algo (¿una carta, un artículo, un ensayo?), para alguien (¿hombres o mujeres; entretenidos o ansiando que llegue el coffee break?) en algún un lugar (sólo sé que por ahí cerca de Barcelona… y convengamos que hay bastantes ciudades por la zona, ¿no?). Así, sin muchas más precisiones ni anclajes contextuales. En síntesis, todo un desafío.
Para comenzar, lo más fácil sería echarles la culpa –como siempre- a los directivos de primer y segundo rango, que habitualmente cumplen el rol de malos en esta película llamada “Gestión de Recursos Humanos”. Claro, son ellos los que nunca pagan lo suficiente, los que no saben valorar a los colaboradores, los que no tienen tiempo para lo importante, los que no escuchan como deberían a sus especialistas, y demás etcéteras. Pues como hacer eso sería tan cómodo, ya no me gusta: permítanme buscar un enfoque diferente; y quizás -si tengo suerte- hasta tengan la generosidad de calificarlo como “creativo”.
Les aseguro que no me ofenderé en caso que no les agrade lo que vaya a decirles. Eso sí, al menos les suplico que tengan la delicadeza de valorar este primer intento y consideren darme, a la distancia, alguna otra oportunidad si fuera necesario resarcirme: ¡juro que me estoy esforzando!
En fin, tras tantos rodeos, manos a la obra: vayamos ahora sí directo al grano…
Mmm… ¡todavía no! Disculpen tamaño prólogo, pero hay algo más que quisiera puntualizar: “retener” talentos, ¿no les parece una frase poco amable? Esto de “retener” suena a agarrar, a no dejar ir, a utilizar la fuerza. A lo mejor conviene hablar de “fidelizar” o “cautivar” talentos. Si bien no es una distinción súper relevante, puede sumar para que aquello que vaya a escribir tenga real asidero y no deba andar desdiciéndome dentro de tres o cuatro párrafos (desmotiva empezar algo sin saber hacia dónde se está yendo… ¿no les pasa lo mismo?).
Bueno, ya está. Seguramente se cansaron de tanto verso, de tantos enredos lingüísticos y pseudológicos dignos del país con más psicólogos del mundo, según dijo un coterráneo suyo alguna vez... y quizás llegó también el momento de escuchar a otro ibérico ilustre, quien con el fin de rigorear a la generación de mis abuelos, allá por 1939, lanzó una frase tosca y tristemente imperecedera: “¡Argentinos, a las cosas!”.
En consecuencia, aquí van ocho ideas sobre cómo fidelizar el talento (nada originales, por cierto). Y ocho citas más o menos ilustrativas que encontré por ahí:
1. ESCUCHAR A SUS COLABORADORES: “¿Qué debería hacer una empresa para retener un talento?”.
2. DAR CONFIANZA AL ASIGNAR RESPONSABILIDADES: “en síntesis, todo un desafío”.
3. FOMENTAR LA CREATIVIDAD: “permítanme buscar un enfoque diferente”.
4. SER ASERTIVOS: “les aseguro que no me ofenderé…”.
5. VALORAR EL EMPEÑO Y LA DEDICACIÓN: “¡juro que me estoy esforzando!”.
6. INSTAR NO SÓLO A LA EFICACIA, SINO A LA EFICIENCIA: “vayamos ahora sí directo al grano”.
7. OFRECER UNA VISIÓN DE FUTURO: “desmotiva empezar algo sin saber hacia dónde se está yendo”.
8. SER EMPÁTICOS, BUSCAR LA COMPRENSIÓN: “¿no les pasa lo mismo?”

PD: para ser sincero, creo que todos saben bastante bien lo que hay que hacer para cautivar talentos. Casi me animaría a sostener que está todo dicho.

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